El Castillo de Belmonte es una fortaleza ubicada en la localidad de Belmonte, en la provincia de Cuenca, en Castilla-La Mancha, en el centro de España. Su historia se remonta al siglo XV, cuando fue construido por orden de Juan Pacheco, primer marqués de Villena.
Durante la Edad Media, el Castillo de Belmonte jugó un papel importante en la defensa del territorio frente a los musulmanes, y en la Guerra de la Independencia fue escenario de importantes batallas. En el siglo XIX, el castillo fue abandonado y sufrió un importante deterioro.
En la década de 1990, se inició un proceso de restauración del Castillo de Belmonte, que ha permitido recuperar gran parte de su esplendor original. En la actualidad, el castillo se ha convertido en un importante atractivo turístico de la zona, y es uno de los castillos mejor conservados de España.
El Castillo de Belmonte cuenta con una superficie de 1.100 metros cuadrados y está formado por varias torres, una muralla y un patio de armas. En su interior se pueden visitar diversas estancias, como la capilla, la sala de armas y la torre del homenaje, que ofrece unas vistas impresionantes de la localidad y de los alrededores. Además, el castillo alberga una exposición permanente sobre la historia de la fortaleza y de la zona.